Lo que la gente denomina vulgarmente “corrientes” es magnetoterapia, que en tratamientos para la artrosis o la artritis se puede utilizar en paralelo a la medicación que prescribe y controla el médico, entre la cual se encuentran los analgésicos y los antiinflamatorios. Algunas personas creen que, puesto que la artrosis es una enfermedad crónica para la cual no se ha encontrado una cura definitiva, la resignación es la vía más inteligente para enfrentarla. Frente a esa actitud derrotista la magnetoterapia ofrece un tratamiento que busca aliviar o evitar sus síntomas, logrando que la calidad de vida mejore significativamente. Junto a ella otras técnicas, como el láser, los ultrasonidos o la onda corta ofrecen una alternativa esperanzadora para los afectados por este problema y por la artritis.
Cuando se usa la fuerza de la corriente eléctrica para aplicar en ciertas zonas del cuerpo campos magnéticos con una frecuencia de entre 0 y 100 Hz, es decir, de baja intensidad, y en periodos de cien microsegundos, se consiguen efectos antiinflamatorios y analgésicos. Además si son estímulos pulsados se acelera el metabolismo, por lo que se reabsorben los edemas con rapidez, se incrementa el riego sanguíneo y se acelera la regeneración del tejido óseo. Estos resultados parecen ser bastante estables, pero aún existen pocos ensayos clínicos sobre los tratamientos con magnetoterapia, por lo que muchos de los que defienden este método como suficiente a la hora de tratar enfermedades como la artrosis no pueden demostrar científicamente la validez de lo que defienden.
Antes de tener un diagnóstico médico, a ciertas personas les resulta difícil identificar si su enfermedad es una artrosis o una artritis, e incluso hay quien piensa que son lo mismo. Pero esto no es así, y conviene saber que en el primer caso el cartílago se va desgastando, lo que produce que la membrana sinovial se irrite y la cápsula articular y el hueso se deterioren. El síntoma principal es el dolor en las articulaciones, sobre todo en la columna vertebral y la cadera, aunque también se da en otras zonas. Las personas mayores son las más afectadas, pero no las únicas, porque los pacientes jóvenes no suelen tener indicios de lo que les está ocurriendo, salvo por los signos que aparecen en las radiografías. Cuando el problema avanza aparecen protuberancias óseas y los ligamentos que envuelven la articulación se extienden, provocando falta de estabilidad.
En la artritis se produce una inflamación de la articulación, lo que genera un insistente dolor que no cede al descansar, tumefacción, calor en la zona afectada, dificultad de movimiento y rigidez. Las causas son muy variadas, abarcando desde las de tipo inmunológico, en las que los leucocitos atacan a la membrana sinovial, hasta las infecciosas o las traumáticas. También se dan casos en los que surge a raíz de depositarse cristales en dicha membrana. La población afectada incluye todas las edades, incluso niños. Para evitar que la artrosis avance y que la única solución válida sea una operación quirúrgica, se recomienda al enfermo seguir unas pautas, como alternar reposos cortos en medio de su actividad, alimentarse de forma adecuada, realizar ejercicio moderado y controlado, no forzar las posturas y otras, en función de la zona dañada.
Últimamente el boca a boca señala como ayuda interesante para combatir la artrosis el uso de las pulseras magnéticas, que están causando furor en el mercado. Están fabricadas en neopreno o silicona y buscan conseguir que el organismo se armonice al restaurar el equilibrio electromagnético. Para ello se ayudan de frecuencias útiles para la salud, que van incorporadas en el propio brazalete. Se encuentran con facilidad en Internet, donde sus fabricantes explican la base en la que se sustentan, los beneficios obtenidos, y los modelos que tienen a la venta. Pueden verse en páginas oficiales de distribuidores como powerbalanceshop.es o efx-spain.com.
Si estas pulseras magnéticas se complementa con un tratamiento de magnetoterapia los resultados serán muy positivos. Existen muchos centros de rehabilitación médica y deportiva que utilizan los campos magnéticos en sus protocolos de intervención. Por ejemplo, en Valencia el Centro Orión abre de lunes a viernes de 9 a 21 horas y los sábados de 9 a 14 horas en la calle Doctor Manuel Candela 30 Pta 2. En Culleredo, A Coruña, el Centro de Fisioterapia Albor generalmente cobra 20 euros por sesión de una hora de duración, aunque dependerá del tipo de lesión que deban tratar. Está situado en Rúa Visitación de la Encina, nº 9 bajo, O Burgo.
Para consulta de magnetoterapia en Madrid puedes asistir al Centro de Fisioterapia y Flotación Galileo 50, que se encuentra en un local de la calle Galileo nº 50, o al Centro de Prevención y Rehabilitación de Majadahonda, que pertenece a la red de centros FREMAP, especializados en accidentes de trabajo. Barcelona cuenta con el Centro Plusvitalia Salud Magnetofield, en la Colonia Güell, Santa Coloma De Cervello. Y si vives en Las Palmas el Centro de Fisioterapia Fibiabín situado en la calle García Escamez nº 18, en Puerto del Rosario, cuenta con una amplia gama de equipamientos. Pero si lo que quieres es poder comprar un aparato para usarlo en tu propio negocio o en tu domicilio existen páginas Web como oceansystems.es, donde venden productos Biomag Mona que ofrecen 32 posibilidades de uso para combatir distintas dolencias; o en Biomag.cz, que se dedica a vender máquinas portátiles de alta gama. Pero para poder usarlos con seguridad es muy importante que un profesional controle el proceso.
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