Existe hoy en día una fuerte demanda de joyas antiguas, siendo buscadas tanto por particulares como por profesionales de la joyería. Ocurre a veces que llegan hasta nuestras manos y sin conocer exactamente su origen ciertas piezas cuyo posible valor realmente desconocemos. En la mayor parte de las ocasiones, estos objetos suelen quedar olvidados en el fondo de algún joyero o algún cajón por considerarse simple bisutería. Pero puede darse el caso que si no por su diseño u origen, sí por los componentes con los que está fabricado, nos encontremos ante un objeto de cierto valor económico. Quienes pueden facilitarnos toda la información respecto a su elaboración, antigüedad, materiales, precio de mercado, etc., son sin duda los expertos en la materia, los joyeros.
Por ello, con el fin de evitar malentendidos, conviene aclarar la definición de ciertos términos. Así, cuando se habla expresamente de joyas antiguas, se está haciendo referencia a aquellos objetos con cien años o más de antigüedad. En cambio, cuando se habla de joyería clásica, se trata de aquellos objetos producidos posteriormente a la época Retro Moderna, después de los años cuarenta. Luego están las joyas que reproducen el estilo Vintage, es decir que son artículos fabricados en la actualidad pero con un diseño clásico o inspirado en la joyeria clásica. Queda patente por lo tanto, la importancia que tiene poder determinar ante qué tipo de joya nos encontramos, pues su valoración variará sustancialmente en función de un caso u otro.
Si se confirma que estamos en posesión de una joya antigua y su valor sentimental no nos impide deshacernos de ella, existen varios modos de ponerla a la venta. El primero de ellos y más rápido es hacerlo a través de los propios joyeros que nos la han valorado. Suele ser también el método más práctico pues, salvo que se trate de unas joyas con un cierto valor histórico o que hayan pertenecido a algún personaje famoso, en la mayoría de los casos no habrá una gran diferencia de valoración entre distintos joyeros. Una forma alternativa de vender estos artículos, es hacerlo a través de los periódicos o portales en Internet de los anuncios clasificados.
Esta opción suele ser elegida por aquellos que no teniendo ninguna urgencia o prisa en quitarse de encima estas joyas antiguas, las ofrecen a un precio bastante más elevado que el que realmente poseen. Entre las direcciones más populares están Anuncios.es, Segundamano.es o Campusanuncios.com. Otro modo del que también disponemos en Internet, es la subasta. En Telocompro.es o eBay.es, podremos ofrecer nuestras joyas antiguas con un precio mínimo de salida en la subasta durante un periodo de tiempo determinado. Transcurrido éste, aquel comprador que haya hecho la mejor apuesta, será el que se las lleve. En ambos sitios Web nos ofrecen la también la posibilidad de la venta directa mediante un precio fijo.
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